Un espacio romántico, silencioso y agradable que invita a enfocar todos tus sentidos hacia el principal objetivo: disfrutar simplemente de una mágica noche de buena gastronomía.
Restaurante Can Dani
* No disponible
Nuestra visita:
Vamos por la carretera, saliendo de Sant Ferran en dirección a Es Caló. Nuestro objetivo, el Km 8,5 o lo que es lo mismo, el Restaurante Can Dani.
Debemos reconocer nuestro entusiasmo, porque si es verdad que hemos oído hablar mucho sobre este restaurante, no existe nada igual a la propia experiencia personal para poder conocer de verdad un local.
Llegamos al punto indicado. A nosotros no nos ha pasado pero entenderíamos que alguien se pasara de largo ya que no encuentras el típico restaurante lleno de iluminación con grandes carteles, al contrario, a primera vista no sabes muy bien que esperarte.
Dejamos el coche al lado de una bonita higuera delante de unas viejas paredes de color blanco con el nombre simple y directo de CAN DANI, sin grandes florituras, ni focos, ni modernos carteles.
Pero justo allí es donde te aparece la primera sonrisa en la cara, una sonrisa de esas que indica que estás justo donde querías estar. Cruzamos la puerta y entramos en un jardín de suaves luces donde pocas mesas se abren camino entre plantas y pequeñas paredes de piedra que marcan sus distintos espacios.
Ahora sí, estamos en Can Dani.
Un espacio romántico, silencioso y agradable que invita a enfocar todos tus sentidos hacia el principal objetivo: disfrutar simplemente de una mágica noche de buena gastronomía.
Nos dan la bienvenida y nos sentamos a la mesa, nos ofrecen una copa de cava para empezar con el viaje y como no, nosotros aceptamos la invitación.
Can Dani se diferencia principalmente de cualquier otro restaurante de la isla por ser el único que no dispone de carta abierta de platos, su cocina se basa en tres menús degustación: el menú Esencia, el menú Raíz y el menú Experiencia. [ Consultar menús ]
Nosotros para esta ocasión nos declinamos por el menú Esencia, ya que es la novedad del 2018 y así nos lo describen en la carta: una historia de tres platos, tocando productos de la tierra, de mar, vanguardia o tradición. Simple, directo y convincente.
Una vez decidido el menú nos toca la carta de vinos. Una amplia y selecta carta de vinos que, aunque curioseamos para no dejarnos ningún detalle de esta visita, decidimos no decantarnos por ninguno y hacer como siempre hacemos en todas las visitas, dejarnos aconsejar.
Nos hablan de un vino tinto que a su entender es perfecto para el menú Esencia, El Soradal. Un tinto de color cereza brillante con una generosa gama de sensaciones finales y elegante postgusto. Nos convencen y lo probamos.
Y ahora sí, pasamos a la comida. Empezamos.
Primero, prácticamente sin tener que esperar nos presentan el snack para empezar a abrir boca, una propuesta de ensalada payesa con foie. Conocemos a la perfección la ensalada payesa de Formentera y aunque seguro que muchos puristas la verían con malos ojos, debemos decir que se trata de tres – cuatro cucharadas de auténtico sabor. Nos pareció exquisita.
A partir de allí, seguimos degustando el vino y pasamos a los platos del menú. El menú Esencia dispone de dos opciones distintas, tanto en una como en la otra se toca tierra y mar, y por supuesto elegimos las dos opciones distintas para poder ir picando el uno del otro y poder así conocer hasta el último detalle del menú.
Los primeros, por un lado huevo payés con crema de Mahón y guisado de conejo. Este es sin duda el plato para los amantes de las sorpresas. Con un delicado y auténtico sabor a Mahón por encima, el plato se va abriendo y creciendo así como vamos hundiendo más la cuchara, para llegar a la sorpresa, una mezcla intensa y muy sabrosa de huevo y guisado de conejo. Sin duda recomendamos llenar bien la cuchara con los tres sabores, sin preocuparos demasiado de las finuras y atacando directamente al disfrute del paladar aunque nos rebose el cubierto. Muy, muy bueno.
Por otro lado nos presentan pulpo a la brasa con salsa de tuétano. Que decir, tan intenso y sabroso como la otra opción, quizás con algún sabor más especial debido al tuétano, pero igual de bueno.
Y pasamos a los segundos. Por un lado cola de bogavante curada y ahumada con all i oli de azafrán, picada de almendras y perejil., que viene acompañado de un tazón de caldo de bogavante, un caldo en el que se perciben algunos toques muy aromáticos de citronela y jengibre. Al terminar te sirven un arroz a banda. A eso lo llamamos redondear el tema, sin más explicaciones. Como todos los demás, delicioso e intenso.
Por otro lado un plato de cerdo negro en una tempura quemada muy especial, sobre un pequeño baño de crema de higos y hojas de higuera encurtidas.
Todo realmente espectacular desde el punto de vista de los sabores. Se trata de platos delicados, pero con unos sabores tan intensos y tan reales que están abiertos a cualquier tipo de comensal, una gastronomía perfectamente entendible para todos las personas que simplemente quieran pasar un noche inolvidable en un local muy agradable donde disfrutar de la comida, un buen vino y seguro una agradable conversación.
Aunque a simple vista podría parecer un menú pequeño, la intensidad de los platos, las perfectas pausas entre ellos y el vino, nos han dejado completamente satisfechos.
Pero claro está, siempre queda un rincón para un buen dulce. Aunque el menú Esencia consta de dos opciones distintas a elegir por plato, el postre es igual para los dos. Atraídos por la curiosidad lo preguntamos y la respuesta es muy clara. El chef así lo ha creído oportuno, y así lo ha decidido. A nosotros nos sirve, siempre hemos dicho que los reyes de un restaurante están en la cocina.
Y que decir… tan dulce, tan bueno y con tantas sorpresas de sabores en su interior, que cometimos el error de no pensar ni en hacerle la foto.
El postre: una combinación de sabores de naranja, calabaza y chocolate acompañados de una copita de vino dulce perfecto para acompañar.
Se acabó el menú, se acabó el viaje, seguimos disfrutando de la última copa de vino y un café solo, cuando nos sorprenden con un plato de pequeños dulces para cerrar la noche. Un pica pica de pequeños trozos de flaó y graixonera (postres tradicionales de Formentera), rosquillas y macarrones con un brillante sabor a romero muy sorprendente.
Y así se cierra a la perfección un viaje gastronómico con el más puro sabor a tierra y mar, sabor a Formentera, sabor a tenemos que repetir otro día.
Queremos puntualizar que como ya hemos comentado los sabores eran muy intensos y muy convincentes, y que al final quedas bastante lleno, y si pensamos que estamos a finales de abril y que el tiempo aún es muy frio y lluvioso, es perfecto, pero quizás para el verano sea demasiado. Nos comentaron que en este caso el menú Esencia se va adaptando perfectamente a la temporada, es un menú dinámico que va variando para hacerse más fresco en verano. Al final se trata de un menú perfecto y cambiante acorde con el tiempo. Así que no debemos preocuparnos ni tenerle miedo porque si visitamos Can Dani en junio, o agosto, o septiembre, nos encontraremos con el menú perfecto para cada momento.
Para finalizar, hablaremos del precio, porque la calidad, la cocina y el ambiente creemos que ya ha quedado claro que para nosotros como opinión personal, es absolutamente recomendable e indispensable si estáis o visitáis Formentera. Estar en Formentera y no conocer el mundo de Can Dani, para nosotros sería un terrible error. La isla son playas, paisaje, calma y como no gastronomía, y Can Dani se trata de un espacio gastronómico digno de ser conocido y degustado por cualquier visitante, residente o viajero que le guste disfrutar de la buena comida. Pero bien, como decíamos, hablemos de dinero.
El menú Esencia sale por 42€ por persona (IVA incluido) + el vino, con lo que tenemos una media de unos 50-60€ por persona, dependiendo de la bebida que elijamos. Y aunque para una gran cantidad de público 60€ por persona sea mucho dinero, debemos reconocer que, por la cantidad de comida, por la calidad, por el entorno, el trato y la profesionalidad, nos parece un precio muy justo e incluso bajo.
No debemos olvidar que estamos en Formentera y desgraciadamente los precios medios de los restaurantes son algo altos. Sabemos por propia experiencia que comiendo una paella (como ejemplo) en cualquier otro lugar, podemos llegar a pagar lo mismo, incluso más según en qué restaurante. Y aunque somos amantes de las paellas, Can Dani es para viajar a través de una cocina que no podemos encontrar tan fácilmente en otros restaurantes, es un espacio donde debemos dejar a un lado su quizás reputación de caro, porque no lo vemos así. Hemos estado en mucho otros lugares donde después de pagar lo mismo, la sensación de felicidad no es comparable.
En su página web tienen un pequeño comentario que les dejo Juan Mari Arzak en una visita: “lo más importante es que la persona que salga de esta casa, lo haga feliz”
Y creemos que lo han conseguido.
Consultar más experiencias FoodLovers:
¿Deseas seguir conociendo más restaurantes?
FRICAR Formentera
Las mejores carnes nacionales e internacionales de Formentera. Venta al público de carnes de lujo de gran calidad. Carnicería FRICAR
Restaurante Salitre Formentera
Un homenaje a los pescadores de Formentera. Una perfecta sinfonía de productos del mar y de la tierra.
(RESERVA ONLINE)
Restaurante Es Mirador
Sin duda una de las mejores vistas de Formentera con un panorámica completa de la isla. Situado en la subida
Restaurante Molo 47
Sin duda una de las cocinas más elaboradas de Formentera. Un menú de sabores exóticos donde se unes el arte