Normalmente no hacemos los artículos de forma muy personal, pero este día se lo merecía. Celebrábamos una fecha muy especial para nosotros y buscábamos un lugar diferente donde celebrar y recordar muchos buenos momentos.

El lugar lo teníamos claro, lo que no sabíamos es que platos pedir para que se convirtiera en una comida única, y ahí es donde este magnífico restaurante hizo su magia y lo transformo todo en una de las mejores comidas que hemos hecho en Formentera.
¿Y quiénes eran los magos? El Restaurante Can Pasqual y su gran jefe de cocina Juan Exojo.

Can Pasqual Restaurant: Tres horas de sabores, texturas y mucha magia.

Situado en la bonita zona de Es Caló a unos pocos metros del mar. Can Pasqual Restaurant nació en 1964 con una cocina tradicional y 100% formenterense. Abierto desde entonces, hace unos pocos años, en 2019, sufrió un cambio total para convertirse en uno de los espacios más bonitos y cuidados de la isla.

El restaurante está formado por dos espacios principales. Un salón interior y una terraza exterior que nos recuerda la esencia más auténtica de la isla con colores madera y piedra con una decoración tradicional entre el mar y la tierra.

Bien, como hemos empezado todo se trataba de celebrar un día muy especial para nosotros, y decidimos acudir a este restaurante. Simplemente porque ya sabíamos de ocasiones anteriores que no solo comeríamos bién sino que podríamos disfrutar de su bonita y mágica terraza donde cada rincón te hace sentir la Formentera real y tradicional que tanto nos gusta a todos.

Hicimos nuestra reserva como en cualquier otro restaurante de la isla, con la diferencia que tenemos la gran suerte de conocer a su jefe de cocina, el señor Juan Exojo, así que nos tomamos la libertad de hablar con él unos días antes para que nos aconsejara que platos pedir para que se convirtiera en algo para recordar. Nos dio algunos consejos y allí quedo todo.



Pero cuando llego el día y finalmente nos sentamos en nuestra mesa, empezó la magia de Can Pasqual. Un camarero muy amable nos quito las cartas y nos dijo que ya estaba todo preparado que no necesitábamos mirar la carta para nada, solo teníamos que sentarnos esperar y disfrutar.

La verdad; es maravilloso llegar a un restaurante y aún siendo temporada alta se hayan tomado la molestia de preparar algo especial, solo por eso ya nos enamoro aún más. Y que decir que nos encanta eso de sentarse en una mesa, no tener que preocuparse ni decidir nada y que simplemente todo vaya surgiendo como una gran sorpresa que va apareciendo poco a poco, platito a platito. Y es que nos habían preparado un menú degustación de pequeños platos con lo mejor de sus cocinas.

  

Poco a poco nos iban llegando platos con la más pura esencia del restaurante. Sabores intensos y en perfecta armonía nos iban envolviendo cada vez más. A cada nuevo plato más nos brillaban los ojos y más sorprendidos estábamos.
Y es que en muchas ocasiones al estar o visitar Formentera nos decantamos por paellas, arroces o pescados, platos tradicionales que por supuesto son perfectos para la isla y para cualquier viaje a Formentera.
Pero que maravilloso es que te sorprendan con sabores diferentes. Productos de la isla y mediterráneos pero con un toque especial, con matices que no tienes la oportunidad de probar todos los días.
Una cocina muy cuidada, una cocina como nos gusta a nosotros: llena de gratas sorpresas en forma de gastronomía.

  

Simplemente extraordinario desde el primer plato hasta el último. ¿Sabéis esos momentos en los que estas disfrutando tanto que se te olvida prestar atención al resto de las cosas?, pues eso nos pasó… Prácticamente no sabemos el nombre de ningún plato, y no podemos explicar mucho sobre sus ingredientes porque todos nuestros sentidos estaban centrados en saborear, disfrutar, dejarnos llevar por un menú que poca gente piensa que puede disfrutar en la isla de Formentera.

Así que nada, solo os podemos dejar algunas de las fotos que si hicimos, cuando nos acordábamos…

 

Tres horas de menú cerrado con un buen vino blanco, donde el mar y la tierra nos envolvieron completamente, pasando por la tradicional y buenísima sobrasada, siguiendo con mariscos y productos del mar hasta poder degustar un buen arroz (una de sus grandes especialidades), todo sellado y cerrado a la perfección con un increíble postre donde las diferentes texturas de chocolate ya nos dejaron listos para empezar a echar de menos el restaurante sin habernos ido aún.

 

Sin duda, por trato, amabilidad, por su esencia y decoración y sin duda alguna por su grandísima cocina; Can Pasqual Restaurant es uno de esos espacios que hay que visitar en Formentera y que muy posiblemente se conviertan en uno de vuestros favoritos. Y sino, ya nos contareis.

Poco más podemos contar de ese día. Empezó con la ilusión de un día especial y acabo con la seguridad de una decisión acertada. Se nos repiten una y otra vez los adjetivos y las palabras, pero no pasa nada porque así fue: MÁGICO.