Situado entre la zona de Es Pujols y Punta Prima, este restaurante dispone de tres posibles vías de acceso: en barco, haciendo un bonito paseo por una pasarela de madera junto al mar desde Es Pujols y en coche.

Nosotros en esta ocasión decidimos llegar directamente en coche. Por un típico camino rural entre paredes de piedra y pinos, llegamos al ChezzGerdi sobre las 20:30h. de la tarde, una hora perfecta para poder verlo a plena luz del día y también para poder disfrutar de un cocktail aperitivo antes de pasar a la mesa.

Nada más llegar tenemos que decir que la zona, el local, las sensaciones y todo lo que envuelve el restaurante nos pareció de los más bonitos y cuidadosamente decorado de la isla; una decoración rústica con muchos detalles artesanales que no dejaban de sorprendernos.

Después de estar unos minutos paseando y descubriendo el local, finalmente nos decidimos a sentarnos en la zona chill-out. Era el mes de mayo y a esa hora aun no había mucha gente así que elegimos tranquilamente el mejor lugar para poder ver el mar y de fondo el sol que ya empezaba a esconderse.

Lo primero, un mojito mediterráneo (mojiterraneo) hecho con lima, azúcar verde, albahaca, gin mare y tónica mediterránea. Y tenemos que decir que es uno de los mojitos más buenos que hemos probado en Formentera, quizás por el ambiente, quizás por la puesta de sol o quizás por estar hecho con ingredientes poco habituales para un mojito, pero realmente nos sorprendió. Nos pusimos a curiosear la carta de cocktails para ver todo lo que tenían. Y una de las cosas que más nos quedo en la memoria fue una parte de la carta donde decía: “Créalo tú mismo”. Nos contaron que a partir de tus gustos más sus recomendaciones, teníamos la posibilidad de crear nosotros mismos el cocktail sin necesidad que este estuviera en la carta. Nos pareció una gran idea.

Las primeras impresiones ya eran muy buenas y el sol ya se había escondido así que nos sentamos en la mesa a degustar su cocina y que mejor forma que con el menú degustación. Un menú que sale por 50€ por persona con bebidas aparte y que te hace un recorrido por todas sus especialidades. 
Debemos reconocer que no es quizás el restaurante más económico de la isla, ya que aunque por unos 25€ se puede cenar bien, la media por persona suele estar entre los 50-60€. De la misma forma debemos decir que los platos son muy generosos tanto en la carta como en el menú degustación. 

Empezamos: Mientras esperábamos al primer plato nos trajeron unos aperitivos, sencillos pero muy buenos que dieron paso a un steak tartare con alcaparras. Seguimos con una degustación de sus masas y pizzas 100% caseras. Nosotros escogimos un vino blanco de la casa muy recomendable.

Todo iba de maravilla, pero claramente lo mejor estaba por llegar, cuando nos pusieron en la mesa un pulpo a la brasa con crema parmantien. Pocas veces hemos tenido el placer de probar un pulpo tan tierno y más teniendo en cuenta que es un producto que muchas veces puede decepcionar por su dureza si no está hecho correctamente. 

En ese momento ya estábamos bastante llenos la verdad, como hemos comentado antes, los platos son generosos, aun siendo solo de degustación.

Es muy curioso porque en ese instante nos preguntaron como estábamos de hambre y nos explicaron que teníamos la opción de elegir en ese mismo momento como queríamos que siguiese la noche: o parar o pasar a más platos o elegirlos según nuestros gustos.
Nosotros decidimos probar uno más antes de acabar y entre pescado, carne o pasta. Nos decidimos por la pasta ya que es 100% casera hecha en el mismo restaurante y nos pareció la mejor opción para conocer más a fondo su trabajo. Creednos si os decimos, aun sin haber probado las otras dos opciones, que nos sirvieron uno de los platos de pasta más buenos, sabrosos y a la vez delicados que habíamos probado nunca: pasta a la tinta de sepia con vieiras, lima, verduras y un toque de chilly. Realmente exquisita. 

Debemos reconocer que en ningún caso somos profesionales ni críticos gastronómicos, pero como grandes amantes de la cocina nos enamoramos de ese plato sin duda alguna. Aun hoy después del paso del tiempo lo tenemos en la mente.

Si sois grandes comensales podéis seguir con el menú, en nuestro caso decidimos acabar aquí.  Pero claro, ¿qué es un menú sin un postre? así que decidimos dejar que nos sorprendieran con un postre de la casa, eso sí, de chocolate, por favor.

Y qué decir, después de una cena como esa, el postre no podía ser menos: Absoluto de chocolate con aceite y sal. Sencillamente espectacular. Habían pasado unas cuatro horas desde la llegada en un ambiente precioso y con un trato muy amable y familiar. 
Nos disponíamos a levantarnos cuando nos ofrecieron un chupito de melonchelo como invitación de la casa. Como no, nuestra respuesta fue: claro que sí. Buenísimo pero, hemos de reconocer que nos encanta este típico licor italiano desde el primer día que lo probamos.

Ya saliendo del restaurante y con una opinión realmente buena tanto del ambiente como de la cocina, hay que reconocer que aunque es muy cómodo subir al coche y salir, nos arrepentimos un poco de no haber llegado andando por la pasarela, ya que hacía una noche perfecta para acabar tan agradable cena con un relajado paseo junto al mar. Pero como se suele decir después de una noche tan perfecta…: tendremos que volver.

P.D.: Aunque quizás no todos podemos permitirnos pagar una media de 100€ si vamos en pareja a cenar, hay que reconocer que es uno de esos lugares que al finalizar, después de la comida, el trato y el buen sabor de boca sales con la sensación de no haber pagado de más y con ganas de volver tan pronto como puedas. 
Se ajusta perfectamente a la media de Formentera siendo un precio razonable si tenemos en cuenta su localización, su producto y su trato al cliente.